Esta es su historia. Historia de lo absurdo, historia de su desvida, de su desgana. Historia de una vieja ilusión, vagabunda, que luchó por vivir hasta la última chispa del fuego en el que un día decidió arder vivo.
Bienvenidos a mi pequeño escondite, el oasis que me devuelve la vida tras largas caminatas en el acuciante desierto de muchedumbre de Madrid.
martes, 13 de octubre de 2009
Confesionario del absurdo
Érase una vez que nunca fue. Érase una vez que pudo llegar a ser. Aquella vez tuvo ilusión, la próxima, decepción. Un corazón que no creció, vivió encadenado a una promesa que en algún momento se fue. En esta guerra, el reloj se convirtió en su peor enemigo pues cambiaba de posición a cada segundo. Sesenta movimientos para un jaque mate. Uno solo duró toda una vida. En esta batalla, se declaró herido, no pudo continuar, abandonó, al contrario de lo que un día se prometió. Un diario de experiencias, vivencias diarias, muriendo tras ellas. Confiesa sus victorias y miente en sus derrotas escondiendo tras un pañuelo de papel los kilómetros de lágrimas que un día dejó atrás. Un mar de dudas sofocó su razón y a cuya orilla arrastró los desperdicios el río Soledad. Afluentes de sudor corrían por su frente, inundando las llanuras mentales que la tristeza erosionó. Fumando esperanza y respirando humo de desengaño. Humo que nubló su vista y le hizo perderse en la ignorancia. Kilos de arena sobre su pecho le impedían respirar. No sentía angustia, sino alivio. Alivio por el próximo final de una vida sin sentido. Alivio por la oportunidad que le brindaba la muerte de su cuerpo y el nacimiento de su alma. Reciclando sensaciones, desechando sentimientos. Lógico final para una historia absurda. Lógica que aplastó sus ilusiones y las transformó en veneno para el mundo. Veneno que destapaba y corroía sus heridas, sus manos en carne viva.
domingo, 4 de octubre de 2009
Sonríe
Camina hacia delante. No mires atrás. Las cosas que pasaron nunca volverán. Mira de frente sin pensar en lo que fue. Vive tu sueño, cumple tu vida. Escucha el sonido del vacío futuro y baila al ritmo de la música de la incertidumbre. Tropezarás, caerás y seguirás cantando desde el suelo. Cada paso es único y cada huella, imborrable. No te pares a mirar la hora, los minutos son horas en la tristeza y éstas, segundos en la alegría. Esboza una sonrisa al caer y una carcajada al levantar. El futuro susurra palabras de ánimo y grita himnos de desesperación, escribe líneas de aliento y libros de melancolía. Juntos, aprenderemos a apreciar las cosas pequeñas, a disfrutar de cada uno de los pequeños momentos. Juntos, sonreiremos, pase lo que pase. Yo seré tú mismo y tú yo misma. Seremos nosotros, los mismos de siempre. Porque mientras estemos juntos, sonreiremos al pasado, viviremos el presente y añoraremos el futuro.
El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.
Friedich Nietzsche
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